I-RECS VS. CELS

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junio 24, 2022

Las empresas constantemente están buscando cumplir con metas de sustentabilidad para responder a demandas de clientes, instituciones financieras e inversionistas. También buscan cumplir tanto con la cadena de suministro respecto a su reducción de la huella de carbono, como con regulación internacional en torno a su contribución e impacto al medioambiente. Muchos han optado por generación en sitio a través de fuentes limpias y otros han firmado un contrato de suministro renovable.

Para complementar estas inversiones y comprobar la trazabilidad del suministro limpio, las empresas deben adquirir ciertos instrumentos, algunos reconocidos localmente y otros a nivel internacional. La pregunta siempre es: ¿cuáles y cuántos debo adquirir para cumplir con mis metas de sustentabilidad?

Primero, hay que entender con qué alternativas cuentan las empresas ubicadas en México para cumplir con sus propias metas. Los Certificados de Energía Limpia, mejor conocidos como CELs, son instrumentos que originan de la Ley de la Industria Eléctrica. Estos certificados se atribuyen a cualquier generación limpia que haya entrado en operación después de agosto del 2014; estos proyectos cuentan con el derecho de recibir certificados durante un plazo de 20 años.

Las energías limpias en México incluyen la solar, eólica, geotérmica, hidráulica y también la nuclear. La Comisión Reguladora de Energía
(CRE) solamente puede acreditar este tipo de proyectos y, hasta el momento, no se consideran elegibles los proyectos legados bajo el
esquema de autoabastecimiento.

Este mecanismo incentiva la producción de energía mediante fuentes menos contaminantes y no solo ayuda a cumplir con regulación, sino también permite un ingreso económico adicional a los generadores de estos proyectos. Cada 1 MWh de energía limpia generada representa 1 CEL. Su precio es determinado por oferta y demanda en el mercado, y ha fluctuado de manera importante.

Los consumidores adquieren un porcentaje creciente de CELs año tras año, desde sus recibos de CFE Suministro Básico, en los que la tarifa regulada ya los contempla; o bien, adquiriéndolos por medio de terceros en sus contratos de energía en Suministro Calificado, o por
separado desde otra fuente.

Actualmente, el requisito está en 13.9%, y se desconoce si se mantendrá la tendencia en aumento para ayudar al país a lograr sus metas de reducción de emisiones de carbono de forma más organizada y eficaz.

Hasta 2020, el CEL fue el instrumento más popular en este espacio y casi el único, siendo utilizado para cumplir con regulación y metas de sustentabilidad corporativas. La mayoría de las empresas se limitaban a cubrir su porcentaje forzoso de certificados. Sin embargo, algunas otras empresas consumidoras de energía también optaban por adquirir CELs más allá de su cumplimiento, cubriendo su consumo de energías limpias por completo.

En 2021 se incrementó la popularidad de los I-RECs, instrumentos similares a los CELs, pero reconocidos a nivel internacional. Estos certificados los avala The International REC Standard Foundation, una organización sin fines de lucro que proporciona un estándar certificado en torno a sistemas de rastreo.

Es reconocida por los principales marcos de informes internacionales, tales como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHGP), CDP y RE100; como un mecanismo confiable que utiliza las mejores prácticas de mercado para evitar doble conteo, doble emisión y declaraciones de doble atributo, de tal manera que asignan instrumentos auditables con credibilidad.

En octubre 2017, la organización decidió que los I-RECs podrían ser emitidos en México solo para proyectos previos a agosto 2014, para evitar la doble tributación del CEL y del I-REC.

Como se comentó previamente, los generadores de energías renovables operando bajo la LIE cuentan con el derecho de emitir CELs, registrándolos bajo el proceso estándar en México. Por lo tanto, la organización I-REC Standard, en 2021, decidió que las plantas generadoras de energía operando bajo la LIE, no solo en esquemas legados de autoabastecimiento, que pudieran comprobar que no se han registrado en el sistema de CELs, también pueden emitir I-RECs, evitando la doble emisión.

Según la organización, este caso ha sucedido con frecuencia para proyectos en desarrollo y de generación distribuida. Un I-REC también acredita 1 MWh de energía generada o consumida y se rige por precios de mercado.

A la fecha, existe una creciente tendencia por definir metas corporativas de sustentabilidad en cuestión a reducción de emisiones de carbono por parte de las empresas consumidoras de energía, independientemente de la industria.

Para cumplir con su Scope 2 de emisiones en torno a principios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG), las empresas están desarrollando estrategias de comprobación de cumplimiento.

Consultores como Acclaim Energy están apoyando a estas organizaciones a diseñar estrategias de cumplimiento a la medida, incorporando no solo la adquisición de energías renovables, sino también organizando licitaciones y adquisiciones de estos instrumentos trazables y atribuibles a cada país según la ubicación de consumo.

La definición sobre qué volumen y qué certificado adquirir debe surgir desde las metas corporativas, los requisitos de la cadena de suministro, e instituciones financieras, y también desde dónde se ubica su corporativo y sus clientes. Debe de existir un balance entre el cumplimiento regulatorio, las metas corporativas y el costo, optimizando y alineando todos los factores considerados.

Los últimos años, el precio de los CELs ha fluctuado de manera importante. El mercado llegó a comercializar estos certificados hasta en 25 dólares, existió un tiempo cuando el rango permaneció entre 17 y 21 dólares, y posteriormente disminuyó hasta a 5 dólares.

Actualmente, los precios de los I-RECs en México son alrededor de un 80% más económicos que los CELs; además, el precio del CEL se ve amenazado por la reciente propuesta de modificación a la LIE que permitiría la asignación de CELs a plantas más antiguas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo cual crearía una sobreoferta en el mercado, y destruiría el valor y el incentivo de estos instrumentos.

Por tanto, para los consumidores de energía no existe una estrategia única de adquisición y comprobación de consumo de energías limpias o renovables. Se requiere de análisis, entendimiento, alineación y optimización de recursos para definir cómo, cuándo y en cuánto adquirir algunos de estos instrumentos para cumplir con regulación y metas corporativas de sustentabilidad.

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