Firmas mexicanas revisan contratos para reducir costos e incertidumbre regulatoria – bnamericas

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julio 29, 2020

Los consumidores mexicanos de energía industrial y comercial han comenzado a reexaminar los acuerdos de compraventa de energía y contratos existentes con generadoras de energía privadas en medio de la reestructuración regulatoria del mercado mayorista de electricidad del país, según María José Treviño, directora nacional de la consultora Acclaim Energy Advisors.

La pandemia de COVID-19 redujo la demanda de electricidad en México en aproximadamente 43%, y la cuarentena resultante fue seguida rápidamente por la introducción de dos políticas impulsadas por el operador de la red, Cenace, la Secretaría de Energía (Sener) y el regulador del sector energético, CRE, que crearon incertidumbre en la regulación energética, particularmente en las energías renovables y casi borró el apetito por los acuerdos de compraventa de energía que aún existían.

Durante su intervención en un foro sobre energía organizado por el medio local O&G Petróleo & Energía, Treviño señaló que el escenario actual hace que estos acuerdos en virtud de los contratos de autoabastecimiento elaborados antes de las reformas estructurales de energía de 2014 ya no sean viables, pues el gobierno ahora está claramente dispuesto a poner fin a la ventaja competitiva que tenían.

“El autoabastecimiento probablemente esté llegando a su fin de una forma u otra”, advirtió, y destacó la jugada de CRE de aumentar las tarifas hasta en un 800% para las generadoras renovables en virtud de los contratos de autoabastecimiento previos a la reforma.

La ejecutiva manifestó que las compañías están desesperadas por reducir los costos con la pandemia y que los contratos que ya no parecen ventajosos se están cancelando o renegociando.

Además, la confusión en torno a la postura de CRE solo se ve agravada por la política de confiabilidad que faculta a las autoridades para detener las pruebas preoperatorias de proyectos solares y eólicos, citando la intermitencia, medida contra la que se está luchando en tribunales.

“El COVID-19 ha enfatizado las ineficiencias que tenemos en el sistema eléctrico nacional de la eléctrica estatal CFE, las que pueden mejorarse”, puntualizó Treviño,

“El sector privado y el público tienen que buscar la manera de coexistir, porque se necesitan uno al otro, sin duda alguna. Pero la realidad es que la situación actual de la infraestructura de transmisión y distribución en nuestro país requiere mucha fuerza e inversión y los únicos por ley que pueden llevarlo a cabo eso es la CFE”, añadió.

La ejecutiva explicó que para poder hacer esto habrá que cambiar la estrategia para ser más competitivos y enfocarse en otras áreas más eficientes de generación de ingresos o –lo que claramente pretende hacer la estatal– es tratar que los grandes consumidores de energía con contratos privados paguen más.

“Recordemos que el mayor número de usuarios de CFE son residenciales, son millones. Pero los grandes consumidores industriales y comerciales son considerablemente menos, aunque son los que más ingresos les proporcionan”, afirmó.

El sector industrial actualmente representa el 60% de la energía consumida en México, y alrededor del 25% de las industrias ya tienen contratos privados.

“La CFE quiere que alguien pague, y va a termina siendo el consumidor y abrumadoramente el consumidor industrial. La realidad llegará pronto”, aseguró Treviño.

VIEJAS HERIDAS, NUEVA REALIDAD

Según Treviño, ni los problemas de autoabastecimiento o intermitencia con las energías renovables son una nueva preocupación para la CFE. Son problemas que han molestado al gobierno durante años, todos arraigados en las duras realidades de la infraestructura energética de la estatal y el peso de su deuda.

“No hay suficiente generación en CFE para soportar la demanda actual ni la demanda futura, tampoco hay suficiente dinero para poder apoyar el desarrollo necesario de los proyectos. Se tiene que invertir mucho dinero y muchos recursos en la red de transmisión y distribución”, advirtió Treviño.

En un análisis publicado por Acclaim Energy Advisors sobre la situación regulatoria actual se informa que muchas compañías no entienden por qué la CFE no baja sus tarifas para ser más competitivas en lugar de forzar su alza.

“La respuesta es que CFE no puede darse el lujo de bajar sus tarifas debido a los mayores costos de generación vinculados a su flota de plantas ineficientes y de vieja generación que usan carbón, diésel y combustible residual”, consigna el documento, y agrega que el costo de generación de un la planta de combustión a diésel o combustible residual es de al menos US$80/MWh en comparación con los US$25-45 de una planta renovable.

“Los ingresos de los usuarios industriales se utilizan para financiar subsidios de tarifas residenciales de la CFE y proyectos de inversión, y pagar la deuda”, aclaró Acclaim.

Para Treviño, las empresas deben reconocer estos problemas y ser flexibles y estratégicos en su avance.

“Hay dos tipos de jugadores: unos a los que les entró el miedo por toda la situación. No saben día a día cómo o cuándo podría afectarlos y en última instancia, este miedo y confusión sobre lo que está sucediendo conduce a la inacción”, reveló ante la pegunta de BNamericas de si habían muchas compañías en México actualmente revisando contratos de compraventa de energía para ver cómo reducir costos.

La ejecutiva agregó que hay otros, por el contrario, que están aprovechando esta gran oportunidad para examinar las facturas y los contratos, revisar los acuerdos y cualquier convenio que pueda haber estado archivados durante años.

“Estoy segura que hay empresas de suministro de energía que sé que han batido récords en los últimos meses en ventas de energía, en cierre de contratos”, aseveró Treviño, lo que ha quedado comprobado con el reciente repunte de las compañías que contratan consultoras como Acclaim para revisar contratos. y facturación.

Con respecto al aspecto más amplio antirenovables de las políticas de la Sener y CRE, Treviño cree que surgirán conflictos significativos.

“Ahora, por lo que leemos con las políticas que ya se han publicado, estamos viendo una posible limitante al desarrollo de las energías renovables. Esto va en contra de todos los tratados y las metas del país”, y agregó que la propia legislación de México que requiere la reducción de los gases de efecto invernadero como firmante del Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2016.

Tal y como sucede en todo el mundo, los consumidores comerciales e industriales están presionando para cambiar a instalaciones de suministro de energía limpia para cumplir con sus propios objetivos de reducción de carbono.

“No hace sentido”, lamentó Treviño.

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