Con ocho años restantes a lo que se le conoce como “La década de acción”1, los objetivos impulsados en la agenda 2030 de las Naciones Unidas para alcanzar la sostenibilidad, han generado un llamado y compromiso global para todos los miembros de la sociedad, y entre ellos, el sector académico y educacional.
Reconociendo que, para alcanzar la sostenibilidad se requiere de esfuerzos y compromisos constantes, en conjunto con acciones individuales como colectivas de la sociedad de manera continua y a lo largo del tiempo, las instituciones educativas podrían y deberían asumir una carga importante en estos esfuerzos, responsabilizándose de ir preparando y concientizando a las futuras generaciones en cumplir con estos compromisos.
Aunque los esfuerzos para impulsar la sostenibilidad es una responsabilidad que recae tanto en el sector público como el privado, un rol crucial en la preparación, desarrollo, y la creación de nuevas y mejores tendencias que fortalece estos esfuerzos hacia la sostenibilidad debe provenir del sector académico.
Dado a que el 2030 funge como un punto de referencia y no marca la finalidad en la lucha hacia la sostenibilidad, las universidades tienen la gran responsabilidad de educar y preparar a las siguientes generaciones a no solo continuar con los objetivos plasmados para este 2030, pero de igual manera que se cultiven los lideres que romperán los paradigmas y cambiaran los hábitos y las acciones realizadas en el pasado que no tenían como prioridad las consecuencias o repercusiones en futuras generaciones.
Adicional a esto, las universidades pueden liderar con el ejemplo a través de la investigación, inversión y asignación de recursos para el desarrollo e implementación de nuevas estrategias y tecnologías, como las de ASG (ESG por sus siglas en inglés) en sus propias instalaciones, para sumarse al esfuerzo colectivo de llegar a las metas plasmadas mientras respaldan las enseñanzas que le imparten a sus estudiantes.
Un ejemplo de estos compromisos ocurre en la Universidad Pública de Leuphana, ubicada en Luneburgo Alemania, donde se realiza un modelo ejemplar para no solo fomentar el conocimiento del desarrollo sostenible con sus estudiantes, sino también para desarrollar la cultura de tomar acciones para ser el agente del cambio y aspirar a obtener un mundo más cercano a la sostenibilidad.
Durante su primer semestre, un estudiante de nuevo ingreso en Leuphana, se le invita a tomar cursos o “módulos” que abarcan aspectos de introducción a la ciencia, sociedad, responsabilidad, análisis de datos, diseño, y educación general.
Dentro del módulo enfocado en “Responsabilidad”, se hace una introducción a todos los estudiantes sobre los principios fundamentales del desarrollo sostenible y la formación de la transformación social como perspectiva interdisciplinaria. Es durante estos cursos, donde estudiantes tienen la oportunidad de expandir su conocimiento al intercambiar ideas y perspectivas con expertos sobre la importancia de la sostenibilidad2.
Al finalizar el primer semestre de clases, los estudiantes cierran con lo que se conoce como el “Conference Week” o, una semana completa de seminarios enfocada en los diversos proyectos realizados por los estudiantes durante ese mismo semestre en sus módulos, y entre ellos, los proyectos enfocados con la sostenibilidad. Adicionalmente, es durante esa gran semana y cierre cuando algunos lideres del gobierno y de la industria son invitados por la universidad para dialogar y conversar sobre los hallazgos de los proyectos realizados. Este es un claro y exitoso ejemplo de la incorporación del modelo de la triple hélice donde miembros del sector público, privado, y académico colaboran en conjunto para inspirar a las mentes del futuro.
Adicionalmente a la educación impartida por la Universidad de Leuphana, la universidad muestra su liderazgo y compromiso en poner la sostenibilidad como prioridad en su agenda a través de diversas prácticas e iniciativas, siendo “climate neutral” o “Net-Zero” desde el 20143.
La secretaría de la CMNUCC, la entidad de las Naciones Unidas encargada de apoyar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático define la neutralidad climática como “la idea de que las emisiones netas de gases de efecto invernadero se equilibren y sean iguales (o menores) a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta. Es decir, significa que reduzcamos nuestras emisiones a través de la acción climática”4.
Algunas de las practicas, estrategias, e inversiones realizadas por la universidad para llegar a este nivel de neutralidad climática incluye el diseño de edificios inteligentes, el manejo y suministro de energía renovable al instalar sistemas fotovoltaicos en los techos de sus edificios, eficiencia energética, instalación de focos LED, proporcionar bicicletas en los puntos accesos, estaciones de carga para coches eléctricos y hasta proveer comida orgánica en el comedor.
Al liderar con el ejemplo, las universidades tienen la capacidad de generar la tendencia y cultura requerida para lograr obtener un cambio en la sociedad. De acuerdo con el artículo publicado por miembros de la facultad de la Universidad de Harvard tomando roles en los departamentos de Sustentabilidad, Salud Ambiental, y Salud Publica, Wendy Purcell, Heather Henriksen, y John Spengler describen cómo las universidades son “el motor hacia la transformación de la sostenibilidad”5, ya que cuentan con la capacidad para colaborar no solo con sus propios estudiantes o miembros de la facultad, pero de igual manera con la comunidad y otras organizaciones. Adicionalmente Purcell, Henriksen, y Spengler, enfatizan el rol critico que juegan las universidades en la formación de nuevas modalidades tras la educación, el conocimiento y la innovación, y con ello fomentar la transformación cultural de la sociedad.
La implementación de proyectos y esfuerzos hacia la sostenibilidad en las universidades se considera como el punto de partida perfecto dado a que cada campus actúa y puede ser visualizado como una “ciudad en miniatura”, donde se encapsulan las características y cualidades de la sociedad en donde se ubican. Dado a que la mayoría de estos campuses cuentan con alojamiento, restaurantes, servicios de transporte, clínicas o enfermerías, gimnasios, etc., existen y presentan las condiciones óptimas para ejecutar las iniciativas requeridas, y tomar los pasos necesarios para llegar a las soluciones del desarrollo sostenible. El éxito y transformación de estos campuses a través del apoyo de sus integrantes fungirá como la fuente de inspiración y sustento para expandirse en mayor escala en la comunidad local y eventualmente regional. El efecto de este seguimiento o implementación en mayor escala con ello creará un impacto positivo y redituable en la universidad y de manera circular.
En el 2015, la Secretaría Federal de Educación e Investigación de Alemania lanzo la convocatoria llamada “Ciudades del Futuro”, donde otorgarían fondos a las ciudades y comunidades de Alemania participantes que presenten proyectos innovadores dedicados a explorar opciones y escenarios futuros para el desarrollo sostenible. Entre los participantes exitosos y recipientes de los fondos fue la ciudad de Luneburgo.
Durante cinco meses (de octubre de 2015 a febrero de 2016), más de 750 estudiantes de primer año de la Universidad de Leuphana, apoyados por 41 investigadores, socios de cooperación y organizaciones, desarrollaron visiones para 25 distintos campos de acción, entre ellos el futuro del trabajo, la democracia, la energía, la alimentación, la sostenibilidad social, los refugiados, la vida y vivienda en la comunidad, los bienes comunes y el comercio minorista local. Los estudiantes fueron apoyados por mentores que representaban las diferentes áreas, principalmente los responsables de dar forma significativa al desarrollo urbano de Luneburgo (por ejemplo, sindicatos, representantes de empleadores, organizaciones medioambientales, instituciones culturales, comerciantes, organizaciones sociales y de movilidad, y atención médica). En general, más de 1000 ciudadanos y partes interesadas de Luneburgo participaron en el proceso. La Universidad Leuphana facilitó el proceso de comunicación entre los diferentes grupos que participaron6.
Otro ejemplo de los esfuerzos realizados por el sector académico es a través del Centro de ESG y Sustentabilidad7 (“Center for ESG” por sus siglas en inglés), liderado por Dr. James Duncan y Jack Belcher, donde en colaboración con la Universidad de Columbia y el Instituto Internacional de Investigación de Clima y Sociedad, trabajan con docenas de universidades para apoyarlos en determinar su uso energético y encontrar la estrategia ideal para ser más eficiente y reducir su índice de CO2. El enfoque del Centro de ESG es facilitar los diálogos entre empresas privadas, gobiernos, y organizaciones no gubernamentales para definir los estándares de sustentabilidad y ESG7.
Es evidente que una de las claves de éxito para las universidades es la cooperación con empresas entre otras organizaciones que apuestan por el concepto de sostenibilidad. Es importante aprovechar las fortalezas del sector privado, la influencia del sector público, y la investigación y educación proporcionada por el sector académico para formar este modelo de triple hélice que impulsa el desarrollo y crecimiento del sector para un mundo más cerca a la sostenibilidad. Es a través de estas organizaciones, dentro y fuera de las universidades, que pueden facilitar la educación que creará la contribución al fomento del bienestar económico, ambiental, y cultural que con ello elevará el conocimiento de nuestras comunidades a un nivel global.
Fuentes:
1 https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/decade-of-action/
2 https://www.leuphana.de/en/college/first-semester.html
4 https://unfccc.int/es/blog/guia-para-principiantes-sobre-la-neutralidad-climatica
7 https://thecenterforesg.com/home