Al finalizar 2019, es hora de mirar hacia atrás y reflexionar sobre todos los problemas principales que han moldeado el mercado energético de México durante este año y el impacto significativo que han tenido en los precios de electricidad, la confiabilidad, la inversión y el medio ambiente.
El aspecto más positivo ha sido el desarrollo de un mercado energético muy competitivo y dinámico gracias a los esfuerzos concertados de los participantes del mercado. Desde que se estableció la Reforma Energética, los usuarios finales han estado muy motivados en buscar un suministro barato y limpio mientras que suministradores calificados y generadores están dispuestos a proporcionarles precios competitivos y acceso a la generación renovable para satisfacer sus necesidades. En 2019, el mercado se volvió tan competitivo que los suministradores calificados y generadores estaban dispuestos a asumir más riesgos, como la congestión, para atraer más negocio.
Al mismo tiempo, los usuarios finales se han vuelto más sofisticados y han desarrollado una mejor comprensión del mercado, los riesgos y cómo gestionar sus necesidades energéticas estratégicamente para obtener una ventaja competitiva. En este contexto, cabe destacar que durante el año hubo un mayor interés entre los usuarios finales por las soluciones de generación en sitio y distribuida para complementar o reemplazar el suministro actual, en particular de CFE Básico, y aumentando la confiabilidad.
Otro tema muy positivo es el acuerdo general entre los participantes del mercado por el cual México continúa desarrollando sus capacidades de generación renovable, así como sigue construyendo plantas de ciclo combinado para reducir los precios de la energía, reduciendo las emisiones de carbono y acelerando el retiro de combustible viejo e ineficiente como combustóleo, diésel y plantas de carbón.
Por otro lado, debemos mencionar el significativo riesgo regulatorio \que sigue manteniéndose como una nube sobre el mercado durante el año. La nueva administración, después de cortar con éxito la independencia de la CRE, continuó presionando por nuevas regulaciones para favorecer a CFE y PEMEX y afectó negativamente los beneficios adicionales que podrían haber disfrutado los consumidores. La mayoría entiende el deseo de proteger los activos de México, pero siente que se puede ganar más a largo plazo dando un mayor impulso a la integración de los mercados energéticos de EE. UU., Canadá y México. Para la mayoría, es difícil ver cómo México pueda aumentar las inversiones para mejorar la infraestructura de tal manera que se pueda satisfacer las necesidades energéticas futuras y al mismo tiempo reducir las emisiones y brindar a los consumidores industriales y comerciales las opciones que necesitan para seguir siendo competitivos frente al mundo.
Por ejemplo, en 2019 continuó el déficit de inversión para mejorar la red de transmisión y distribución. Por lo tanto, el mercado eléctrico del país sigue plagado de cortes e ineficiencias. Sin gastos de capital significativos en proyectos de transmisión y distribución, el país no podrá reducir el impacto de toda la nueva generación que se está construyendo o planificando actualmente.
En este escenario actual, 2020 será un año lleno de retos, ya que el mercado experimentará muchos momentos inesperados. Sin embargo, vale la pena seguir siendo cautelosamente optimista sobre el mercado energético de México en 2020 por dos razones:
- Los usuarios finales no se desanimarán en su búsqueda de un suministro de energía limpia y económicamente competitiva con mayor confiabilidad y calidad del suministro. Lo obtendrán a través de contratos de suministro tradicionales y / o mediante la generación en sitio como la generación distribuida
- México necesita inversión privada y participación en el sector energético. Si bien respetamos y entendemos el enfoque nacionalista, CFE y PEMEX no pueden hacer todo por sí mismos dada su situación financiera y sus ineficiencias. El país y todas las industrias dependerán de Un mercado energético competitivo
Estas dos razones deberían servir para estimular a los participantes del mercado, los cuales continúan de en su tarea de hacer que el mercado energético de México sea competitivo y operativo. Habiendo presenciado los méritos y el valor de un mercado competitivo abierto, continuaremos evaluando cuidadosamente todos los matices del mercado para garantizar que podamos guiar a los grandes usuarios de energía con los conocimientos superiores que necesitan para optimizar sus perfiles de energía y cumplir sus objetivos corporativos.
Nadie dijo que el cambio sería fácil, por lo que estamos preparados para hacer nuestra parte y esperamos trabajar con el gobierno y el sector privado para que esto funcione.